las tres preguntas | jorge bucay

  • Solamente cuando (…) tomo conciencia de que soy mi cuerpo, mis manos, mi corazón, mi dolor de cabeza y mi sensación de apetito, cuando asumo que soy mis ganas, mis deseos y mis instintos a la vez que mis amores y mis enojos; cuando acepto que soy, además, mis reflexiones, mi mente pensante y mis experiencias… solamente entonces estoy en condiciones de recorrer adecuadamente el mejor de los caminos para mí, es decir, el camino que hoy me toca recorrer.
  • (…) el bebé humano recién nacido es el ser vivo más frágil, dependiente y vulnerable que existe en la creación. En la especie humana nacer es siempre una situación de amenaza y peligro para los pequeños recién llegados, sea cual sea su raza, en cualquier latitud y en cualquier época. La solución que la naturaleza encontró para resolver esta excesiva dependencia de los bebés humanos fue diseñar, como compensación, una relación en la que difícilmente los padres puedan abandonar a los hijos.
  • En el mundo en que vivimos, la nueva tarea de los padres es enseñar a los hijos a crear y construir sus propias herramientas.
  • Los tres tercios de la existencia de cada persona:
    • Un tercio para preparar el terreno.
    • Un tercio para la siembra, el crecimiento y la expansión.
    • Un tercio para el cuidado de los frutos y la cosecha.
  • “A partir de ahora, pueden dedicarse otra vez a sus propias vidas, porque de la mía debo ocuparme yo mismo.”
  • Yo soy yo y mis deseos son los mpios, aunque no sean los mismos que los tuyos.
  • Puedo pedirte ayuda y ofrecerme a acompartir algunas de mis cosas, pero dependo de mí mismo.
  • Reflexión: no puedes obligar a una persona a sentir interés por un tema que a ti te parece interesante; esa persona deberá encontrar a alguien con quien compartir ese interés.
  • No se puede empezar a recorrer el camino de la felicidad hasta que no sean mis pies los que marquen mi huella, hasta que no sea mi corazón el que decida el rumbo, hasta que no sea yo quien corra los riesgos de mis decisiones, hasta que yo no sepa quién soy y quién no soy yo.
  • Las emociones bullen dentro de mí, me alertan, me preparan, me estimulan. Una vez que las emociones se instalan, empiezan a pugnar por transformarse en acción. Siento la energía en mí que hace fuerza para empujarme a actuar (no en vano “emoción” viene de “e” y “moción”: energía al servicio del movimiento). Me asusto y me voy o me quedo y empiezo a hablar; hablo por allí o por acá; decido contar mis emociones o no contarlas, las escondo, las disimulo o las utilizo como disparado para contar un cuento. ¿Quién sabe? Es el momento del contacto, el punto clave. El contacto como posibilidad de establecer una relación concreta con el estímulo de fuera y dar lugar a una respuesta. Contacto es: no solo tengo sensaciones, me doy cuenta, me movilizo y actúo, sino que, además, vivo, me comprometo con la situación en la que estoy inmerso. Estoy en sintonía.
  • (…) para poder saber quién es uno, resulta necesario el propio amor, como lo llamaba, Rousseau, y que para sentir el mejor amor po uno mismo es imprescindible conocerse totalmente.
  • Dice el Talmud: Si yo no pienso en mí, ¿quién lo hará? Pero si pienso sólo en mí, ¿quién soy?
  • No nos vamos a quedar sin posibilidad de amar a los otros si nos amamos a nosotros mismos. En verdad, nosotros tenemos para dar inagotablemente y nuestro barril está siempre lleno, porque así funciona nuestro corazón, así funciona nuestro espíritu, así funciona la esencia de cada uno de nosotros.
  • En la vida real siempre somos responsables de lo que elegimos.
  • (…) la posibilidad de encontrar una forma de expresión de las vivencias internas ayudará a alivia su dolor a quienes están transitando por este camino.
  • Lo que sigue a aferrarse siempre es el dolor.
  • La manera de no padecer “de más” no es amar “de menos”, sino aprender a no quedarse pegado a lo que no está, cuando el momento de la separación o de la pérdida nos toca.
  • Quedarse pegado al ayer es como un compromiso con lo anterior. Es vivir colgado del pasado, cultivando lo que ya no es.
  • Los duelos son imprescindibles para nuestro proceso de crecimiento personal, que las pérdidas son necesarias para nuestra maduración y que ésta, a su vez, nos ayuda a recorrer el camino.
  • Me encantaría, como a todos, que la gente que yo quiero me quiera, y que los que quiero muchísimo me retribuyan de la misma manera. Pero si esa gente no me quiere, me gustaría que me lo dijera y se fuera. Y si no se animase a decírmelo, que se fuera en silencio. No es una actitud rencorosa ni de resentimiento, es simplemente que no quiero estar al lado de alguien que no quiere estar conmigo… A mí, como a todos, me gustaría evitar la odiosa frustración de no ser querido por la persona que amo, pero sé que NO quiero escapar de ese dolor por el camino del autoengaño o de la victimista manipulación del otro para que se quede conmigo.
  • Es muy doloroso aceptar que no me quieres, pero siempre será mejor que soportar que te quedes engañándome.
  • Han dejado de engañarte, no de quererte. ¿Por qué sufres como si hubiesen dejado de quererte? – Voces, Antonio Porchia
  • Apuesto todo mi corazón por nosotros. Pero si vas a forzarme a elegir…. Entre tú y yo… Yo.
  • Cuando el alma te duele desde dentro, no hay mejor estrategia que llorar. No te guardes todo por miedo a cansar o molestar. Busca a aquellas personas con las cuales puedas expresarte tal y como estás. * Quizá te suene increíble, pero es verdad lo que la gente dice. De a muchos, las penas se dividen y las alegrías se multiplican.
  • Pude ser que creas que hubiera sido mejor no sentir el dolor o evitarlo con distracciones y ocupaciones, pero, con el tiempo, verás que no es así. Lo más probable es que el dolor, tarde o temprano, salga a la superficie.
  • Cuando creas que tienes un problema no te niegues el permiso de reír con los amigos, de hacer bromas, de distraerte. Recuerda que los malos momentos vienen por sí solos, pero es voluntaria la construcción de los buenos.
  • Empieza a cada paso tu vida de nuevo. No otra vez. Esto te permitirá, después, compartir lo aprendido. Hablarle a alguien más de tu experiencia Contar lo que aprendiste en tu experiencia es la mejor ayuda de sanar a otros, haciéndoles más fácil su propio recorrido e, increíblemente, facilita tu propio rumbo.
  • Sin darme cuenta de que ni siquiera tengo la libertad de ser quien soy, quizá piense que ni siquiera tengo la libertad de ser.
  • He cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer. No he sido feliz. Que los glaciares del olvido me arrastren y me pierdan despiadados. Mis padres me engendraron para el juego arriesgado y hermoso de la vida, para la tierra, el agua, el aire, el fuego. Los defraudé. No fui feliz. Cumplida no fue su joven voluntad. Mi mente se plió a las simétricas porfías del arte, que entreteje naderías. Me legaron valor. No fui valiente. No me abandona, siempre está a mi lado, la sombra de haber sido un desdichado. - “El remordimiento”, Jorge Luis Borge
  • El dolor siempre es un maestro que está allí para enseñarnos algo. El dolor de fuera y el de dentro: el de tu cuerpo, que te avisa de que algo está funcionando mal, y el de dentro, que te avisa que te estás yendo por un camino equivocado.
  • La heroicidad de lo cotidiano es no avergonzarnos nunca de no saber, de no poder o de no querer.
  • Si dejo que el sueño me fascine, si empiezo a pensar “qué lindo sería”, ese sueño puede transformarse en una fantasía. La fantasía es el sueño que sueño despierto; el suelo del que soy consciente, el que puedo evocar, pensar y hasta compartir.
  • El deseo es nada más (y nada menos) que l batería, el nutriente, el combustible de cada una de mis actitudes, y adquiere sentido solamente cuando soy capaz de intentar transformarlo en una acción.
  • Dicen los Vedas que si uno vive verdaderamente satisfecho, tener más pierde importancia.
  • Si de verdad no quieres vivir en un mundo lleno de expectativas, no vivas comparándote. No evalúes lo que tienes basándote en lo que el otro tiene. No te vuelvas loco por conseguir lo que el otro consiguió. * No permitas que tu realización personal dependa de los logros ajenos y no dejes que la elección de otros, por glamurosa y atractiva que parezca, sea lo que determine tu propio rumbo.
  • ¿Para qué vives? No “¿por qué?”, sino “¿para qué?”. No “¿cómo?”, sino “¿para qué?”. No “¿con quién?”, sino “¿para qué?”. No “¿de qué?”, sino “¿para qué?”.
  • Casi siempre hay un elemento positivo en una situación negativa (así como, casi siempre, hay un aspecto negativo en una situación positiva).
  • La realización personal es una necesidad sin urgencia… Pero no te quedes simplemente esperando que el camino se ilumine… No te quedes simplemente esperando que alguien venga a buscarte… No te paralices esperando que el sentido de tu vida llegue a tu vida.
  • La búsqueda de la felicidad no es sólo un derecho de algunos. Es, para mí, una obligación natural de todos.
  • Solemos pasar más horas de cada día intentando agradar a gente que no nos interesa que tratando de complacer a las personas que más amamos.
  • Cuando no me da placer complacerte, piénsalo con honestidad, quizá sea mejor para los dos que no lo haga.
  • La más importante diferencia entre uno y otro, es que el dolor siempre tiene un final, en cambio el sufrimiento podría no terminar nunca.
  • El problema es no saber entrar y salir de las situaciones. No poder aceptar la conexión y la desconexión con las cosas y con el deseo de las cosas. No haber aprendido que obtener y perder son parte de a dinámica normal de la vida considerada feliz.
  • En la vida cotidiana no ando mostrándole a todo el mundo todo lo que soy ni todo lo que pienso, porque la total sinceridad es una actitud tan privada que hay que reservarla sólo para algunos vínculos.

sangre de tinta | cornelia funke

jan 30 2017 ∞
feb 9 2018 +