Empecemos por el principio. Empecemos recordando quienes somos y el porqué de nuestra existencia. Empecemos queriendo simplificar nuestras vidas con el mero objetivo de dificultarlas un poquito más. Antes que nada os propongo un juego, un juego muy sencillo, cuya única regla es no entender nada. Sí, creo que este apunte nos sirve para comenzar a vivir. Partamos de la base del cero entendimiento, de la duda, del sin razón, y así, poco a poco, iremos descubriendo los misterios más vulnerables que nos presenta la vida misma. Comprenderemos que no existe un nada sin un todo, al igual que no cabe la posibilidad de habitar un todo sin un nada. Veremos como el ser humano nos ha impuesto unos valores que solo unos pocos se han atrevido a desafiar. Nos daremos cuenta de que la lógica hace ya mucho tiempo que nos abandonó, y de que la ignorancia y la maldad nos arropan, sin apenas encontrar resistencia.