- Ir en Uber por primera vez
- Estrenar nuestros pijamitas nuevos (Gabri, su Jinbei azul marino increíble de Muji; yo mi pijamita Glín rosita con dibujos de Hellocozytimes)
- Llevar mi chubasquero de tartán y mis chinas azules de terciopelo de la boda y sentirme muy fashion.
- Alojarnos en un precioso apartamento (13 Rue des Abbesses, étage -2) en pleno Montmartre
- En nuestro edificio está el ascensor más puchi y chiquitín que hemos visto nunca (solo caben dos maletitas)
- Por debajo de nuestro piso pasa el Metro y todo retumba
- La casa tienen unos preciosos pomos de llavecita plateada en los armaritos de la cocina que me encantaría tener parannuestra casa.
- Pasear por el Moulin Rouge
- Comer una crepe de Nutella
- Estrenar la camita del apartamento ;)
- Ducharnos juntos
- Bailar en la cocina
- Desayunar zumo Paquito, tostadas con mantequilla, café, bizcocho de naranja con mermelada..todo ello con jazz de fondo junto a la ventana.
- Callejear por Montmartre y alucinar con sus fachadas, flores, cafeterías, tiendas..
- Comprar para nuestra casita nueva un ganchito de pared de un conejo dorado en una tienda turquesita llamada La Divini
- Comer en el restaurante vietnamita "Pho II" en Rue Sainte Anne (probamos Nem y Bobun)
- Pasear por Opéra y tomar un café en las Galerías Lafayette. Subimos a la terraza con buenas vistas.
- Hacer un misterioso recorrido por las Catacumbas parisinas a 25m bajo tierra.
- Tocar furtivamente una calavera de las Catacumbas
- Hablar francés entre nosotros para practicar (yo)
- Comprar una pizza de tartufo para llevar y un delicioso tiramisú de pistachos y amarena en la pizzería IT. Tomarla en casa tras huir de un abejorro gigante en nuestro idílico jardincito del patio.
- Achisparnos juntos con una botella de vino blanco dulce en casa
- Reír juntos
- Pasear por Passage Brady y comer por primera vez comida india en el Restaurante Yasmin (Tikka Masala, Biriyani de Légumes con salsa de yogur y Lassi de plátano para beber)
- Asear por los callejones (Passages) y comprarle a Vali una libretica de BTS en una tienda de Kpop.
- Entrar a una Iglesia rara (del Santo Sepulcro) en la que una mujeres extrañas hablaban y cantaban desafinando algo sobre el suicidio. Muy malrollero. En la entrada había una trampilla que apetecía abrir.
- Probar la tarta de flan y un éclair. Comprar un bizcocho de naranjas confitadas.
- Comprar marcapáginas dorados (gato y flor de lis) para nuestros padres
- Callejear por Le Marais
- Tumbarnos al sol en la Place des Vosges
- Pasear por la Rive Droite de la Seine
- Vimos la increíble Iglesia de Saint Paul Saint Louis, que nos encantó
- Entrar a la tienda Søstrene Grene en la Rue du Rivoli, compramos una confitura de frutos rojos deliciosa para el desayuno.
- Encontrar una casa en la que me gustaría vivir: Rue Rivoli con Rue Tiron numero 28, el ático que hace chaflán!!!
- Pasear por la Rive Droite de la Seine y ver los puestos de libros de Les Bouquinistes
- Jugar al juego erótico de "no tocar"
- Comprar unas cartas de Banksy y una preciosa libreta de tartán en una libreta cerca de nuestra casa
- Darnos cuenta de que muchas francesas no usan sujetador
- Comer una Galette con Sidra dulce en "Le Fief Breton" en la Rue Montmartre (pedimos la Normande y la Campagnarde)
- Entrar en la Iglesia gótica de Saint Eustache cerca de Les Halles
- Ver la Sainte Chapelle
- Jugar a ver "topos y topas" (chicas y chicos guapos)
- Tomar un café y una tartaleta de frambuesas deliciosa en Brioche Dorée
- Alucinar con la librería antigua Shakespeare & Co. Encontrar el libro "Luckenbooth" con la portada de un cuadro de Dino. Comprar un libro de Terry Goodkind (el primero de The Children of D'Hara). Escribir un post it en la pared de las notitas. Encontrar una extraña nota de amor entre las páginas de un libro llamado The Golden Ring. Ver a un niño super crack de unos 8 años tocar el piano de la librería y ganar a un señor a una partida de ajedrez.
- Coger un Uber porque no pasan los buses por una manifestación.
- Que Puchín me sorprenda comprándome Kinder Bueno.
- Que haya partido de fútbol Francia - Portugal y la gente se amotine en los bares
- Que Puchín prepare unas deliciosas tostas de aguacate, champiñones y huevos revueltos.
- Pelearnos con los ligueros de mi lencería negra.
- Hacer el amor ruidosamente.
- No poder llevar más que la ropa invernal que nos habíamos traído (un vaquero largo y un jersey) todos los días porque a 26 de junio hace frío y llueve.
- Que la palabra mágica para levantarse por la mañana sea "desayuno".
- Comer en un sushi.
- Caminar por Les Champs Elisees. Entrar a tiendas guays y comprar recuerdos para nuestros hermanos y a Marta Gil por su operación.
- Comer un delicioso pastelito de limón, especias y fresillas de la tienda de L'Occitane Hermès y que nos sepa a gloria.
- Visitar (por los pelos porque cerraban) la tienda de taxidermia "Deyrolle" en la Rue du Bac (alli se rodó una escena de Midnight in Paris de Woody Allen)
- Ver librerías puchis de calle
- Discutir por una tontería y luego reconciliarnos.
- Que Puchín haga cientos de fotos a coches guays y se las pase a Guille para ponerle los dientes largos.
- Poner nombre a todos los rincones de la casa: la entrada es Persiana (porque hay una contraventana que se repliega por la noche), la cocina es Paquito (por el zumo Paquito), el escritorio es Regalo (porque allí dejamos la mochi y los regalos que hemos comprado al acabar el día), la Chimenea es Zapatos (porque los ponemos bajo la repisa como si fuera Navidad, para que no ocupen sitio), la cama es Pendiente
(porque está inclinada) y el baño es Poc (porque Puchín siempre se da con la cabeza en la lamparita).
- Ir a cenar a la terraza "Le Nazir" de Rue des Abbesses (al lado de casa). Conocer a un camarero que me cae mal parecido a Gru y a Jean Nouvel. Conocer a una chica que estaba sentada en la terraza leyendo un libro sobre la menopausia (?) y que nos ofreció sitio a su lado; tenia el pelo rubio a lo chico, ojos claros y era inglesa, se arreó un bol de patatas fritas y antes de irse nos habló, nos contó que había venido a vivir a París pero que no estaba demasiado contenta aquí, que le gustaría probar a vivir en Madrid, que le gusta mucho Escocia y que éramos muy monos juntos y que ojalá pudiera encontrar ella a alguien así en su vida. Pensamos que quizá viajaba y se mudaba de ciudad buscándose a sí misma. Me arrepentí enseguida de no haber caído en preguntarle su nombre o dirección y no haberle hecho más preguntas. Me gustaría que volviéramos a encontrárnosla de alguna manera en el futuro y ser sus amigos. Fue la clase de hecho insólito e inesperado que amo que suceda, especialmente en un viaje.
- Probar el Kir a la frambuesa, un vino blanco con ligero regusto a Apiretal pero rico. También probar el Croque Monsieur.
- Acostarnos y probar la velita de masaje que compramos en Amantis; una vela que al derretirse es un aceite que huele maravillosamente a fresas con cava. Creo que es uno de los olores que me teletransportará automáticamente a este viaje.
- Desayunar en una terraza parisina, Le Coquelicot des Abbesses: café, zumo de naranja, chupito de chocolate caliente, oeuf à la coque, croissant (el mejor que hemos probado en nuestra vida), tarta de pera y chocolate, tarta Saint Clement (limón y naranja) y baguettine à la chevre.
- Comprar para llevar una tartaleta de frambuesas y un croissant enorme en Gilles Marchal, una petit patisserie que olía increíble.
- Ir andando hasta le Marché au Puces (Mercado de las Pulgas) y visitar puestos de antigüedades. Nos llamaron la atención los puestos de vajilla (compré a mami dos platos azules florales preciosos), las fotografías antiguas (que me dejaron una extraña sensación de pesadumbre y nostalgia al ver a todas esas personas que una vez tuvieron una vida) y los muebles antiguos.
- Comer improvisadamente en un marroquí. Probar el couscous de verduras y el delicioso tajine de kefta, y Gabri también un té tradicional de menta. Vamos a poder rascar varias comiditas de la lámina rascable de 100 sabores del mundo que diseñé para Enjoyers. Ah! La camarera, muy maja, resultó ser hija de españoles, concretamente de Ourense. Qué pequeño es el mundo.
- Ver el busto de Dalila, escalinatas con encanto y calles recién llovidas que nos recordaban a Escocia. Entrar en tiendecitas locales graciosas y detenernos viendo sus productitos monos. Comprar a Miki en una librería un pequeño libro pop up de las calles de París, y unas postales muy puchis.
- Despistarnos y acabar en el Sacré Coeur.
Bajar las escaleras del Sacré Coeur al sol y acordarnos de Amélie.
- Merendar y hacernos mutuamente fotos guays en blanco y negro al estilo analógico (con el móvil). Desembocar en fotos sexys y hacer el amor.
- Ir a la Place Blanche a un puesto de Dépistage Covid a hacernos la prueba de antígenos para el viaje de vuelta (aquí en París son gratis!!!)
- Comer en Thalos, un restaurante griego donde comimos moussaka, calabacines y tomates rellenos de arroz y carne, albóndigas kofte, tzatziki, yogur con miel y un milhojas casero.
- Ir a ver la Tour Eiffel, sentarnos en el césped (había obras y un edificio efímero y no se podía pasar), hablar tumbaditos allí (yo estaba un poco en crisis) y luego huir juntos al caer una tormenta tan inesperada como romántica. Calarnos y llegar a casita a meternos en el edredón.
- Descubrir que los franceses se acaloran con el fútbol tanto como los españoles. Está siendo la Eurocopa y se petan los bares que tienen tele.
- Cenar en Le Relais Gascón, donde probamos por primera vez una especie de ensalada caliente con patatas asadas, bacon, lechuga, tomates y queso de cabra... Y un boeuf bourgignon delicioso.
- Callejear buscando un regalito de última hora para Tuti.
- Despedirnos con mucha pena de nuestro apartamento favorito! Dice Milena que podemos volver cualquier finde llamándole o escribiéndole al WhatsApp sin necesidad de Airbnb. Milena: +33 6 18 02 39 10