• Hundir los pies en la arena fría por la noche.
  • Subir al tejado.
  • Andar descalza.
  • Hacer rebotar las piedras en el agua.
  • Hacer montajes de vídeos.
  • Hacer fotos.
  • Cometer locuras.
  • Mirar la luna desde mi cama.
  • Comer.
  • Estar tapadita en invierno viendo una peli.
  • Llegar a casa y quitarte los tacones (o quitártelos en la calle, directamente).
  • El ronroneo de un gato.
  • Un baño de espuma.
  • Esas viejas canciones del pasado que rememoran momentos.
  • Un amanecer.
  • Llorar porque lo necesito.
  • Inventar historias con desconocidos.
  • Hablar con desconocidos.
  • Dormir en mi propia cama después de mucho tiempo sin hacerlo.
  • El sonido de la naturaleza.
  • Abrazos.
  • La vista desde la cima de una montaña.
  • El mar.
  • Un beso.
  • Una botella de cristal con flores en mi habitación.
  • Una fachada cubierta por una enredadera.
  • Cuando se va la luz y tienes que iluminar la casa con velas.
  • Que llueva, escuchar la lluvia, salir y mojarme.
  • Pisar las hojas secas.
  • Hacer fotos.
  • Pintar.
  • El pan recién comprado.
  • Hacer masa con harina y agua.
  • Morder cubitos de hielo.
  • El olor a jazmín que hay por las noches paseando en Mazarrón.
  • Ir al campo.
  • Volver a ver a alguien que hacía tiempo que no veías.
  • Un concierto.
  • Una llamada telefónica en un concierto.
  • Hacer un jarrón de barro.
  • Palomitas saladas viendo una peli.
  • Despertarme y acordarme del sueño que he tenido.
  • La llamada de alguien a media noche.
  • Los animales.
  • Acurrucarme en su pecho.
  • Los campos de girasoles y amapolas.
  • Las terrazas.
  • Bailar.
  • Las casas con ventanales muy grandes en los que entra mucha luz.
  • Escuchar.
jun 24 2014 ∞
oct 24 2015 +