• Despertarme temprano, y seguir durmiendo.
  • Levantarme tarde. Muy tarde.
  • Leer revistas dominicales.
  • Desayunar cualquier cosa. Y zumo.
  • No vestime.
  • Ni peinarme.
  • No molestarme en ponerme las lentillas.
  • Picar mientras se hace la comida.
  • Comer.
  • Postrear una magnífica onza de chocolate negro.
  • Tumbarme a leer mientras mi estómago hace felizmente la digestión.
  • Ordenador.
  • Ver alguna cutrepelícula en la TV.
  • Escribir.
  • Más ordenador.
  • Todo lo anterior mientras disfruto de una placentera sensación de atontamiento desde el momento de levantarme hasta el de acostarme.
  • Preparar libros para el lunes.
  • Hacer la tarea para el lunes de forma rápida, arbitraria y desesperada.
  • Cenar.
  • Remolonear.
  • Lavarme los dientes y acostarme.
  • Divagar y arrastar la consciencia por los arenosos páramos de la semivigilia en espera del dulce sueño.
  • Cerrar los ojos con una sonrisa pensando en lo mucho que voy a sufrir en unas escasas horas cuando tenga que madrugar.
nov 14 2010 ∞
nov 14 2010 +