Otro producto que llamaba mucho la atención de los viajeros extranjeros era el chocolate, traído de América en el siglo XVI y que había tomad o carta de naturaleza en la alimentación española, convirtiéndose en bebida de prestigio y c entro de sociabilidad. A partir de mediados del siglo XVII existen continuas referencias. Las p rimeras se refieren fundamentalmente a la Corte y a los círculos nobiliarios, ámbitos en los que primero se difundió la costumbre de tomar chocolate. Después la pasión por el chocolate se extendió a toda la sociedad. Aunque todos los deseaban, no todos lo podían consumir con la misma abundancia y frecuencia. Tan11 Jean-Louis Flandrin: "Le goût et la nécessité: sur l'usage des graisses dans les cuisines d'Europe oc cidentale (XIVe-XVIIIe siècles)" en Annales ESC , marzo-abril 1983, ps. 369-401.12 José GARCÍA MERCADAL: Viajes de extranjeros

[...], op. cit, Vol. III, p. 1454.13 Ibídem, p. 1693. TIEMPOS MODERNOS 21 (2010/2) ISSN: 1699-7778 MONOGRÁFICO: Miradas propias y ajenas en un baile d e espejos Gloria Franco Rubio (coord.) La alimentación española del s. XVIII vista por los viajeros británicos María de los Ángeles Pérez Sam per8 general era la pasión por el chocolate en España qu e los viajeros extranjeros lo identificaban como uno de los productos más típicamente españoles

A fines del siglo XVIII Townsend, como médico que e ra, muy preocupado por la exactitud científica de la fórmula, daba una receta del chocolate que él consideraba como típicamente español. Era una fórmula complicada, co n muchos ingredientes: “Mezclan en España seis libras de cacao con tres o tres libras y media de azúcar, siete vainas de vainilla, una libra y media de maíz, una media libra de canel a, seis clavos de girasol, una drama de pimienta de Guinea ( capsicum ), algunas nueces de achiote, para aumentar el colo r, y un poco de almizcle o de ámbar gris, a fin de dar al chocol ate un olor agradable. Algunas personas, sin embargo, no ponen más que azúcar y canela. Los indi os mezclan a una libra de cacao una media libra de maíz, otro tanto de azúcar y un poco de agua de rosas.”14 El chocolate tuvo en España un éxito arrollador y m uy pronto se extendió entre todas las capas de la sociedad, resultando frecuentemente men cionado y alabado por los viajeros extranjeros. Hablan de la bebida y hablan también d e su entorno, pues el chocolate se había convertido en un auténtico rito. Se tomaba muy cali ente y dulce, generalmente acompañado de pan o pastas, y como final se bebían uno o dos v asos de agua fresca. En ocasiones antes del chocolate se bebían refrescos, limonada, horchata, agua fresca endulzada con esponjados. El chocolate era en el siglo XVIII el producto estrell a de los “refrescos”, momentos de sociabilidad característicos de la época, donde la gente se encontraba, hablaba, escuchaba música, jugaba a cartas, bailaba. Siempre se servía una merienda, más o menos importante según la categoría de la casa o la relevancia de la celebración, y siempre era el chocolate el centro del festejo.

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