Gran mancha de basura en el Pacífico

La existencia de la mancha fue descrita en 1988 en una publicación de la National Oceanic And Atmospheric Administration (NOAA) de los Estados Unidos, que se basaba en los resultados obtenidos en laboratorios de Alaska entre 1985 y 1988, que midieron plástico flotante en el océano Pacífico Norte.5​ Estos laboratorios encontraron altas concentraciones de fragmentos de desechos marinos acumulados en zonas caracterizadas por ciertas corrientes oceánicas. Los investigadores llegaron a la conclusión de que condiciones similares a estas podrían ocurrir en otras partes del océano.

Charles Moore fue el primero en dar la voz de alarma. El capitán y oceanógrafo estadounidense se quedó horrorizado cuando en 1997, al regresar con su velero de una célebre carrera náutica, se tropezó con un mar de plástico tan extenso que tardó siete días en cruzarlo. El hallazgo de Moore movilizó a la comunidad científica y el resto es historia: uno de los mayores síntomas de la crisis medioambiental que sufre el planeta.

La denominación ocasional de 'continente de plástico' no es caprichosa. La superficie de esta mancha acusadora difiere según quien la calcule. Puede ir de 0,5 millones de kilómetros cuadrados (el tamaño de España) a 1,4 millones de kilómetros cuadrados (aproximadamente, a la extensión de España, Francia y Alemania juntas), incluso a 15 millones de kilómetros cuadrados (el tamaño de toda Rusia).

En 2009 se descubrió la mancha de basura del Atlántico Norte que está relacionada también con el giro oceánico del Atlántico Norte. En 2011 se identificó otra isla de basura en el Pacífico Sur.

¿Por qué se forma?

El continente de plástico es una extensión de gran densidad repleta de fragmentos de residuos. Se forma por la acción de corrientes marinas, que arrastran allí una buena parte de los desperdicios que se arrojan al mar. Un giro oceánico es cualquier gran sistema de corrientes marinas rotativas, particularmente las que está relacionadas con los grandes movimientos del viento.

Cuando estas partículas dispersas en la superficie llegan al giro del Pacífico Norte —una autopista circular por donde transita el agua—, las corrientes rotativas las agrupan y las devuelven de forma cohesionada a su transitar por el océano. El resultado es una gran sopa de basura flotante que se mueve a la deriva a medio camino entre Hawái y California.

De esta forma se han acumulado millones de toneladas de plásticos, que ya no son botellas ni envases. En realidad, la mancha se compone sobre todo de microfragmentos.

Más de la mitad de este plástico es menos denso que el agua, por lo que se mantiene a flote. Estos desechos persisten en la superficie del agua hasta que se degradan en micro plásticos por los efectos del sol y la sal. Estos microplásticos, de apenas unos milímetros de diámetro, proceden en su mayoría de vertidos terrestres y aparejos de pesca abandonados como redes, cestas o jaulas. Pero también del tráfico marítimo.

Las evidencias científicas señalan al continente asiático como la principal fuente de residuos que alimenta la gran isla de basura en el Pacífico, así como al incremento de la pesca industrial en el océano más grande del mundo. Según el estudio publicado por Nature, de los objetos recogidos el más antiguo databa de finales de los años 70.

Problemas con la fauna marina

Las partículas microscópicas de plástico tienden a absorber toxinas orgánicas contaminantes (como restos de combustible).El plástico al biodegradarse suele asemejarse al zooplancton, que es diariamente consumido por millones de medusas. Éstas engullen las toxinas de los materiales hidrocarburos, más tarde los peces grandes se comen a las medusas. Estos, a su vez, intoxican a sus depredadores al ser cazados.

Aparte, estos residuos flotantes traen otro tipo de contaminantes trayendo con esto efectos tóxicos cuando son consumidos por error, en algunos casos provocando problemas hormonales en los animales. Los más grandes, como las tortugas marinas o los pájaros, sufren las consecuencias de otra manera: también confunden el plástico con algún tipo de alimento pero, como no es digerible, se va acumulando en sus estómagos hasta que no queda sitio para la comida y el animal muere de malnutrición con los estómagos llenos de plástico.

Se calcula que en 2050 habrá más plástico que peces en el mar. Más de 700 especies marinas se han visto afectadas por los desechos marinos, un 92% de las cuales han sido con plástico. Un 17% de estas especies actualmente se encuentran en peligro de extinción.

El plástico marino también facilita la propagación de especies invasivas que se adhieren a la superficie de este plástico flotante y se desplazan a grandes distancias, colonizando nuevos ecosistemas.

oct 8 2020 ∞
oct 31 2020 +