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Los mosuo son una comunidad de aproximadamente 40.000 personas y durante siglos han vivido en las orillas del lago Lugu, en el suroeste de China. La lejanía de la región les ha permitido preservar costumbres que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo.

Los mosuo nacen en una sociedad en la que el matrimonio como tal no existe. Podría considerarse una comunidad de madres solteras. Después de una ceremonia de llegada a la madurez, las mujeres deciden quiénes serán sus parejas sexuales y por cuánto tiempo. Este tipo de relaciones se denomina “matrimonio andante”. Consiste en encuentros entre el hombre y la mujer, sin ningún tipo de compromiso por ninguna de las dos partes. Las relaciones pueden prolongarse en el tiempo y hasta adquirir la forma de una relación afectiva, pero las parejas no llegan a convivir nunca.

No es raro que algunos niños mosuo vengan al mundo sin que se sepa quién es el padre, son los hermanos y tíos quienes desempeñan el papel paternal (son responsables económicamente de los sobrinos y sobrinas que viven con ellos en sus casas). Sin embargo, no recae ningún estigma sobre este hecho, ya que son las madres las que marcan el linaje de los nuevos miembros con sus apellidos. En una sociedad en la que las mujeres son las que designan las ramas de los árboles genealógicos, la maternidad está glorificada. No tener hijos no es una opción. Si no se reproducen, no están completas.

los hombres siguen ejerciendo un poder político importante en la vida pública, antiguamente, solían viajar en caravanas vendiendo los productos locales, también se dedicaban a la construcción de viviendas, a la pesca y a la cría y matanza de ganado. Pero las mujeres son las dueñas y jefas del hogar. Las riquezas, los bienes y propiedades pasan de madre a madre al morir y esto otorga a las mujeres mosu una gran autoridad y libertad.

Los mosuo son tradicionalmente animistas y creen en la idea de una Madre Tierra. Este antiguo sistema religioso se mezcla con la importación más reciente del budismo tibetano. Muchas familias envían incluso a uno de los varones a estudiar para que se convierta en monje.

Hace aproximadamente 20 años, cuanta Waihong, las autoridades chinas pusieron sus ojos en este enclave para convertirlo en un destino turístico. Lo vendieron como un paraíso de sexo y amor libre y mejoraron los accesos al lugar. Poco a poco, el dinero en metálico ha remplazado al trueque y el consumismo masivo a la economía de subsistencia y la sencillez. Tras construirse una carretera y un aeropuerto cerca, que quedó inaugurado en 2015, cada vez llegan más turistas a las costas del lago Lugu, trayendo nuevas creencias y prácticas.

La cultura de los mosuo se encuentra actualmente atrapada entre la modernidad y la tradición. Los jóvenes muchas veces se sienten atraídos por esa idea de amor romántico que ven en las películas chinas y cada vez es más frecuente que elijan casarse de la manera tradicional china: viviendo juntos como pareja y aceptando votos de unión de por vida.

sep 27 2020 ∞
oct 8 2020 +