Multiverso es un término usado para definir el conjunto de los muchos universos existentes, según las hipótesis que afirman que existen universos diferentes del nuestro propio. Según cualquiera de esas hipótesis, el multiverso comprende todo lo que existe físicamente: La totalidad del espacio y del tiempo, todas las formas de materia, energía y cantidad de movimiento, y las leyes físicas y constantes que las gobiernan.

La palabra «multiverso» puede adquirir varios significados. El universo observable se extiende hasta una distancia de unos 42.000 millones de años luz, nuestro horizonte visual cósmico. Pero no existe ninguna razón para suponer que todo termine ahí. Más allá podría haber muchos —tal vez infinitos— dominios similares al nuestro. Cada uno habría comenzado con una distribución diferente de materia, pero todos se regirían por las mismas leyes de la física.

Numerosas culturas han considerado desde la antigüedad ideas similares. La novedad radica en que la hipótesis se concibe ahora como una teoría científica, con todo el rigor matemático y la verificación experimental que ello implica.

El término multiverso fue lanzado ya en 1895 por el filósofo William James, fundador de la psicología funcional. Pero fue el físico Hugh Everett quien expuso en 1957 una primera aproximación a la materia. Su teoría explica, dicho de una forma muy general, que el devenir cotidiano está lleno de diferentes opciones y probabilidades que la ciencia no puede predecir. Así, cada una de esas posibles opciones se correspondería con otros universos que, por ende, se bifurcarían hasta el infinito.

El universo tiene 13.730 millones de años, 120 millones de años arriba o abajo. El nuestro y todos los que pudieran haber surgido del big bang. En los años 80, Stephen Hawking y James Hartle, tomaron ésta idea, partiendo de la teoría del big bang y la mecánica cuántica, según ellos, la explosión inicial que puso en marcha el reloj del universo no creo uno, sino un número infinito de ellos.

En su teoría algunos universos serían muy parecidos al nuestro, con personas casi iguales a nosotros diferenciadas por pequeños detalles. Otros no se regirían ni por las mismas leyes físicas y serían impracticables para la vida.

En 2013 los científicos Laura Mersini-Houghton y Richard Holman afirmaron haber descubierto, a través del telescopio Planck, posible evidencia de que haya otros universos por fuera del nuestro. Esta teoría ha creado controversia en la comunidad científica.

El mapa del cosmos elaborado con la información aportada por el telescopio Planck, del observatorio de Sauverny, en Suiza, constituye la carta más elaborada de lo conocido por el hombre hasta ahora. Los trabajos de los astrónomos y los cosmólogos, a partir de la evolución de la radiación que produjo el Big-Bang, el comienzo del todo, hace unos 13.800 millones de años, han podido ser estudiados en base a la llamada “radiación cósmica de microondas”.

El mapa muestra una gran concentración de radiación en el hemisferio sur universal, acompañada por un “punto frío”, los que permiten deducir la existencia de algo “más allá”, lo suficientemente fuerte como para “tirar” de nuestro universo hacia esa zona. “Solamente algo tan poderoso como la fuerza de gravedad de otros universos que tirarían del nuestro, pueden ser la causa de esas concentraciones: son las primeras pruebas de la existencia de esos universos”, aseguró la física teórica Mersini-Houghton

En general, las evidencias científicas que postulan su posible existencia, son hoy en día un argumento muy usado para desbaratar la hipótesis del diseño inteligente. La idea que existen muchos universos con distintas leyes y variables, hace que la posibilidad de vida en el nuestro responda a simple estadística y no a principios de creación divina premeditada. Es lógico pensar entonces, que si la vida se da en determinadas circunstancias, en un elenco infinito de universos haya quienes la alberguen y quienes no.

LOS MULTIVERSOS DE TEGMARK

El cosmólogo Max Tegmark ha proporcionado una taxonomía para los universos existentes más allá del universo observable. De acuerdo a la clasificación de Tegmark, los niveles definidos pueden ser entendidos como que abarcan y se expanden sobre niveles previos.

  • Nivel 1: El multiverso estaría formado por un espacio infinito formado por el universo que nosotros podemos ver. Pero también por lo que existe más allá de nuestro horizonte cósmico (es decir, del universo que somos capaces de observar). A pesar de estar fuera de nuestra percepción, estos universos compartirían características físicas con el nuestro.
  • Nivel 2: En este caso, los diferentes universos nacieron de diferentes Big Bangs. Por ello, sus cualidades físicas podrían ser totalmente distintas a las de nuestro mundo.
  • Nivel 3: Este nivel explica que cada una de las variaciones que se dan en nuestro mundo desembocarían en diferentes ramificaciones del universo. Por tanto, podrían existir infinitas versiones de nuestra realidad, con semejanzas, matices, pequeñas o grandes diferencias.
  • Nivel 4: Este nivel tipifica un multiverso en el que existirían universos más allá del espacio-tiempo como lo conocemos y las estructuras matemáticas existirían como entidades físicas.

TEORÍAS QUE EXPLICAN EL MULTIVERSO

  • Universos infinitos: Una de las teorías más aceptadas es que el universo es plano y se extiende hasta el infinito. Si el espacio-tiempo no se acaba nunca, los defensores de esta teoría explican que, recorriendo esa línea eterna de espacio-tiempo, en algún punto, nos encontraríamos con una versión de nosotros mismos. O, de hecho, con infinitas versiones.
  • Universos burbuja: La teoría de la inflación defiende que, en un principio, el universo creció de manera muy veloz. Se «hinchó» como un globo. El espacio habría crecido a velocidades diferentes, unas partes habrían dejado de desarrollarse, pero otras no. Este tipo da pie a los llamados universos burbuja, que podrían seguir creciendo y cuya leyes físicas serían distintas para nosotros. Estos universos burbuja, pueden coexistir e incluso formar otras burbujas dentro de ellos.
  • Universos paralelos: La teoría de cuerdas nos explica que podrían existir diferentes universos, paralelos. Incluso, estos universos paralelos podrían tener más de las tres dimensiones que las que se reconocen ahora. Brian Greene (profesor de física y matemáticas en la Universidad de Columbia), creó un ejemplo muy gráfico para entender: El multiverso sería una gran barra de pan y cada una de sus rebanadas, los diferentes universos.
  • Universos hijos: Esta teoría, implica que un universo podría tener varias copias, en los que las cosas ocurran de forma diferente con su propia realidad. Lo que existe en uno, podría existir en el otro y desarrollarse de forma diferente.

EL PAPEL DE LOS AGUJEROS NEGROS

El agujero negro es una concentración de masa que genera un enorme campo gravitatorio, de tal manera que ninguna partícula es capaz de escapar a su atracción, ni tan solo la luz. El agujero negro sería el resultado de la extinción de una llamada gigante roja, que sería una estrella con, al menos, 30 veces la masa de nuestro Sol. La gravedad que actuaba sobre esa estrella trabaja ahora de forma que «comprime» su masa. Sus átomos se aplastan. Electrones y protones se fusionan.

¿Qué pasa con la información sobre el estado físico de las cosas que atrapan los agujeros negros? Según la mecánica cuántica, esta no podría desaparecer. En busca de una respuesta, Stephen Hawking desarrolló la teoría de que esta información podría transformarse para viajar a otro universo. Mientras una copia se quedaría en el llamado horizonte de sucesos (la frontera del agujero negro, simplificando mucho), otra usaría el agujero como una puerta de entrada al multiverso. Según ésta teoría planteada en 2015, los agujeros negros podrían ser, por sus características, la puerta a otros universos. Es decir, un nexo de conexión entre las diferentes realidades de ese multiverso.

Pero, eso sí, una puerta de una sola dirección, una ida sin posibilidad de retorno.

oct 27 2020 ∞
oct 27 2020 +