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conversaciones
Genuinamente voy a pedir disculpas a ambos. Voy a aplicar el correctivo a quien corresponda, sí, sí. A la brevedad le vamos a regalar un árbol de navidad como el que tienen ustedes o tal vez mas grande del que tienen ustedes, y voy a castigar severamente a los que están involucrados en este lío. De verdad, Pepe? ¿Perdón? ¿De verdad? ¡Fue una joda!.
¡Es el asesino! ¡es el asesino! ¡Pero no! ¡Si es Ricardito! ¿Pero qué? ¿No meten en cana a Ricarditos acá?.
Hola, soy Fernando Corpore. El hombre más sano de la Argentina. Hola, soy Pepe Argento. El hombre más sufrido de la Argentina.
¿Dónde queda Mar de las Pompas? ¿Viste Pinamar? ¡Sí! Bueno, lejos de ahí.
Dale Moni, hacé los panchos. Ay, pero no sé... Moni te estoy pidiendo que hagas unos panchos, no que escales el Himalaya. Esperá Pepe que estoy buscando las instrucciones...
Pepe, ¿Porque nunca me llevaste al Tigre? Y no, Moni, porque está cerca y entonces sabrías como volver.
Maria Elena, no te vestís más como una vieja chota. ¿Qué querés decir? ¿Que la ropa que uso me hace ver como una persona mayor? No, como una vieja chota.
¡Vámonos a un lugar donde nos quieran! ¡El zoológico cierra a las seis!
Pero Pepe, mi madre te quiere... Si Moni, tu madre me quiere, me quiere ver disecado arriba en un mueble como un gato embalsamado.
Moni, ¿donde está mi billetera? No sé. ¿Cómo es? Vieja, arrugada y vacía como mi vida
¡Ay Pepe! ¡Me va a matar! ¡Nos encontramos en el cielo! ¡También allá te tengo que aguantar!
Mami, si a papi le cortan el pelo feo, ¿Nos podemos reir de él? Querida, es tu padre... ¡Obvio que te podés reir de él!
¡Qué linda casa! ¿Te gusta esta mierda?
Además yo soy una persona condescendiente... Ay Moni, ¡vos nunca escuchaste esa palabra en tu vida! seguro te la dijo Maria Elena. No sé como no se te paralizó la lengua al pronunciarla.