"Pero merece la pena señalar que la mole de granito en la que estaba inscrito ese epitafio pesaba cerca de cinco toneladas y había sido colocada allí con la intención clara, si bien inconsciente, de asegurar que el abuelito Comstock jamás pudiera quitarse ese peso de encima. Si se quiere conocer lo que los parientes de un difunto piensan de este, una buena vara de medir es el peso de su lápida."