• En Pencey se moldea tan poco como en cualquier otro colegio. Y allí no había un solo tío ni esplendido, ni de mente clara. Bueno, sí. Quizá dos. Eso como mucho. Y probablemente ya eran así de nacimiento.
  • Un vez que los dejes atrás, comenzarás a acercarte, si ése es tu deseo y tu esperanza, a un tipo de conocimiento muy querido de tu corazón. Entre otras cosas, verás que no eres el primero a quien la conducta humana ha confundido, asustado, y hasta asqueado. Te alegrará y te estimulará saber que no estás solo en ese sentido. Son muchos los hombres que han sufrido moral y espiritualmente del mismo modo que tú ahora. Felizmente algunos de ellos han dejado constancia de su sufrimiento. Y de ellos aprenderás si lo deseas. Del mismo modo que alguien aprenderá algún día de ti si tienes algo que ofrecer. Se trata de un hermoso acuerdo de reciprocidad. No se trata de educación. Es historia. Es poesía.
  • La vida es una partida, muchacho. La vida es una partida y hay que vivirla de acuerdo con las reglas del juego.
  • Eso sí que me puso negro. Que alguien te diga una cosa dos veces cuando tú ya la has admitido a la primera.
  • Los católicos siempre quieren enterarse de si los demás lo son también o no
  • La educación académica te proporcionará algo más. Si la sigues con constancia, al cabo de un tiempo comenzará a darte una idea de la medida de tu inteligencia. De qué puede abarcar. Poco a poco comenzarás a discernir qué tipo de pensamiento halla cabida más cómodamente en tu mente. Y con ello ahorrarás tiempo porque ya no tratarás de adoptar ideas que no te van, o que no se avienen a tu inteligencia. Sabrás cuáles son exactamente tus medidas intelectuales y vestirás tu mente de acuerdo con ellas.
  • A mi padre, cuando duerme, se le puede partir una silla en la cabeza y ni se entera, pero basta con que alguien tosa en Siberia para que mi madre se despierte.
  • ¡Por favor, pasale esto a Shirley! Shirley, dijiste que eras sagitario, pero no eres más que tauro.
  • No es que fuera mala persona, de verdad. Pero es que no hace falta ser mala persona para destrozarle a uno.
  • Como sabes tu mismo que no te estas mintiendo? Eso es lo malo, que nunca llegas a saberlo.
  • Creo que un día de estos, averiguarás qué es lo que quieres. Y entonces tendrás que aplicarte a ello inmediatamente. No podrás perder ni un solo minuto. Eso sería un lujo que no podrás permitirte
  • Y sé que esto no va a gustarte nada [...] pero en cuanto descubras qué es lo que quieres, lo primero que tendrás que hacer será tomarte en serio el colegio. No te quedará otro remedio. Te guste o no, lo cierto es que eres estudiante. Amas el conocimiento.
  • Con esto no quiero decir que sólo los hombres cultivados puedas hacer una contribución significativa a la historia de la humanidad. No es así. Lo que sí afirmo, es que si esos hombres cultos tienen además genio creador, lo que desgraciadamente se da en pocos casos, dejan una huella mucho más profunda que los que poseen simplemente un talento innato. Tienden a expresarse con mayor claridad y a llevar su línea de pensamiento hasta las últimas consecuencias. Y lo que es más importante, el noventa por ciento de las veces tienen mayor humildad que el hombre no cultivado. ¿Me entiendes lo que quiero decir? […]
  • Esperaba verte llegar con un recién nacido en los brazos. Nadie a quien recurrir, lágrimas, copos de nieve en las pestañas...
  • No te fijes en este desorden. Hemos tenido que invitar a unos amigos de mi mujer. Unos tipos de Buffalo. Mas bien diría que unos búfalos.
  • Esta caida que te anuncio es de un tipo especial, terrible. Es de aquellas en que al que cae no se le permite llegar nunca al fondo. Sigue cayendo y cayendo indefinidamente. Es la clase de caída que acecha a los hombres que en algún momento de su vida han buscado en su entorno algo que éste no podía proporcionarles, o al menos así lo creyeron ellos. En todo caso, dejaron de buscar. De hecho, abandonaron la búsqueda antes de iniciarla siquiera.
jun 4 2017 ∞
jun 5 2017 +