Vivimos en una época en que las flores tratan de vivir de las flores, en lugar de crecer gracias a la lluvia y al negro estiércol. Incluso los fuegos artificiales, pese a su belleza, proceden de la química de la tierra. Y, sin embargo, pensamos que podemos crecer, alimentandonos con flores y fuegos artificiales, sin completar el ciclo, de regreso a la realidad.