- Considero la vida como una posada en la que tengo que quedarme hasta que llegue la diligencia del abismo. No sé a dónde me llevará, porque no sé nada.
- La energía para luchar nació muerta con nosotros, porque nosotros nacimos sin el entusiasmo de la lucha.
- Por lo demás, ¿con qué puedo contar conmigo? Una acuidad horrible de las sensaciones, y una comprensión profunda de estar sintiendo... Una inteligencia aguda para destruirme, y un poder de ensueño ávidamente deseoso de entretenerme... Una voluntad muerta y una reflexión que la arrulla, como a un hijo vivo...
- A veces, cuando levanto la cabeza aturdida de mis libros (...), siento una náusea física. La vida me disgusta como una medicina inútil. Y es entonces cuando siento con visiones claras lo fácil que seria alejarse de este tedio si tuviese la simple fuerza de querer alejarlo de verdad.
- Hacer, he ahí la inteligencia verdadera. Seré lo que quiera. Pero tengo que querer lo que sea.
- Todo se me evapora.
- Dios mío, ¿a quiénes asisto? ¿Cuántos soy? ¿Quién es yo? ¿Qué es este intervalo que hay entre mí y mí?
- Mi alma es un maelstrom negro, vasto vértigo alrededor del vacío, movimiento de un océano infinito en torno a un agujero de nada, y en las aguas que son más giro que aguas boyan todas las imágenes de lo que he visto y oído en el mundo.
- Hay metáforas que son más reales que la gente que anda por la calle.
- Frío, tibio, caliente -todo al mismo tiempo-, el aire estaba equivocado en todas partes.
- Ahora duerme la espalda de este hombre. Todo él, que camina delante de mí con pasos iguales a los míos, duerme. Va inconsciente. Vive inconsciente. Duerme, porque todos dormimos. Toda vida es un sueño. Nadie sabe lo que hace, nadie sabe lo que quiere, nadie sabe lo que sabe. Dormimos la vida, eternos niños del Destino.
- Todos los días la materia me maltrata. Mi sensibilidad es una llama al viento.
- Puedo imaginarlo todo, porque no soy nada. Si fuese algo, no podría imaginar.
- Llueve tanto, tanto. Mi alma está húmeda de oírlo. Tanto... Mi carne es líquida y aguanosa alrededor de mi sensación de ella.
- ¿Con qué propósito me acuerdo? El cansancio. Recordar es un descanso, porque no es hacer.
- Sería interesante poder ser dos reyes al mismo tiempo (: ser, no un alma de ellos dos, sino las dos almas.)
- Serás quien yo quiera. Haré de ti lo un ornamento de mi emoción puesta donde quiero, y como quiero, dentro de mí. Contigo no tienes nada. No eres nadie, porque no eres consciente; apenas vives.
- No sé pensar, de tanto sueño que tengo; no sé sentir, de tanto sueño que no consigo tener.
- Mi aislamiento no es una busca de felicidad, que no tengo alma para conseguir; ni de tranquilidad, que nadie obtiene sino cuando nunca la pierde, sino del sueño, de apagamiento, de renuncia pequeña.
- La academia vegetal de los silencios... tu nombre sonando como amapolas... los estanques... mi regreso... el cura loco que se volvió loco en misa... Estos recuerdos son de mis sueños... No cierro los ojos pero no veo nada... No están aquí las cosas que veo... Aguas...
- He llenado mis manos de arena, le he llamado oro, y he abierto las manos de toda ella, escurridiza.
- Cuanto más diferente de mí es alguien, más real me parece, porque menos depende de mi subjetividad. Y es por eso por lo que mi estudio atento y constante es esa misma humanidad vulgar que no acepto y de quien disto. La amo porque la odio. Me gusta verla porque detesto sentirla.
- Me he visto como me ven los demás, y he pasado a despreciarme, no tanto porque reconociese en mí un orden tal de cualidades que mereciese desprecio por ellas, sino porque he pasado a verme como me ven los demás y he sentido un desprecio cualquiera que ellos sienten por mí. He sufrido la humillación de conocerme.
- Hacer compensa pero confunde. Poseer es ser poseído, y por lo tanto perderse. Sólo la idea alcanza, sin corromperse, el conocimiento de la realidad.
- El amor quiere la posesión, pero no sabe lo que es la posesión. Si yo no soy mío, ¿cómo seré tuyo, o tú mía? Si no poseo mi propio ser, ¿cómo poseeré un ser ajeno? Si ya soy diferente de aquel al que soy idéntico, ¿cómo ser idéntico a aquel de quien soy diferente?
- Disfruto de ellos como disfruto de una verdad, sin pensar si tiene o no que ver conmigo.
- Quien sueña demasiado necesita darle realidad al sueño. Quien da realidad al sueño tiene que dar al sueño el equilibrio de la realidad. Quien da al sueño el equilibrio de la realidad sufre de la realidad de soñar tanto como de la realidad de la vida (y de lo irreal del sueño con la de sentir la vida real.)
- Lo que sufre sufre solo.
- Toda buena conversación debe ser un monólogo de dos.
- No tengo disculpa para sentir mal. Por instinto, desnaturalizo los instintos. Sin querer, quiero equivocadamente.
- Y odio sin odio a todos los poetas que han escrito versos, a todos los idealistas que han hecho ver su ideal, a todos los que han conseguido lo que querrían.
- Todo está vacío, hasta de la idea de que existe. Todo esto está dicho en otro lenguaje, para nosotros incomprensible, meros sonidos de sílabas sin forma en el entendimiento. La vida está hueca, el alma está hueca, el mundo está hueco. Todos los dioses mueren de una muerte mayor que la muerte. Todo está más vacío que el vacío. Es todo un caos de cosas ningunas.
- Pensar es no saber existir.
- Pero, unas veces, me transborda del alma una hiel de inercia, y estoy cansado, no de la obra o del reposo, sino de mí.
- Existe un cansancio de la inteligencia abstracta y es él más horroroso de los cansancios. No pesa como el cansancio del cuerpo, ni inquieta como el cansancio de la emoción. Es un peso de la conciencia del mundo, un no poder respirar con el alma.
- Pero este horror que hoy me anula, es menos noble y más roedor. Es un deseo de no querer tener pensamiento, un deseo de nunca haber sido nada, una desesperación consciente de todas las células del cuerpo y del alma. Es el sentimiento súbito de estar enclaustrado en una calda infinita. ¿Hacia dónde pensar en huir, si la celda es el Todo?
- A mí, lo que me duele más es la diferencia entre el ruido y la alegría del mundo y mi tristeza y su silencio aburrido.
- Y este libro es un gemido.
- Pensar es destruir. El propio sistema del pensamiento lo indica para el mismo pensamiento, porque pensar es descomponer. Si los hombres supiesen meditar el misterio de la vida, si supiesen sentir las mil complejidades que acechan al alma en cada pormenor de la acción, no actuarían nunca, incluso no vivirían. Se matarían de tan asustados, como los que se suicidan para no ser guillotinados al día siguiente.
- Por más que nos quitemos lo que vestimos, nunca llegamos a la desnudez, pues la desnudez es un fenómeno del alma y no de quitarse el traje. Así, vestidos de cuerpo y alma, con nuestros múltiples trajes tan pegados a nosotros como las plumas de las aves, vivimos felices o desgraciados, o hasta no sabiendo lo que somos, el breve espacio que nos conceden los dioses para que los divirtamos, como niños que juegan a juego serios.
- ¿Has pensado ya, oh Otra, cuán invisibles somos los unos para los otros? ¿Has meditado ya cuánto nos desconocemos? Nos vemos y no nos vemos. Nos oímos y cada uno escucha tan sólo una voz que está dentro de él.
- El hombre no debe poder ver su propia cara. Eso es lo más terrible que hay. La naturaleza le ha concedido el don de no poder verla, así como el de no poder mirar a sus propios ojos. Sólo en el agua de los ríos y de los lagos podía mirar su rostro. Y la postura, incluso, que tenía que adoptar era simbólica. Tenía que inclinarse, que rebajarse para cometer la ignominia de verse. El creador del espejo envenenó al alma humana.
- Cada uno de nosotros es un grano de polvo que el viento de la vida levanta, y después deja caer.
- La posesión es para mi pensamiento una laguna absurda —muy grande, muy oscura, muy poco profunda. Parece honda el agua porque es falsa de tan sucia como está.¿La muerte? Pero la muerte está dentro de la vida. ¿Muero totalmente? No sé de la vida. ¿Me sobrevivo? Continúo viviendo. ¿El sueño? Pero el sueño está dentro de la vida. ¿Vivimos el sueño? Vivimos. ¿Tan sólo lo soñamos? Morimos. Y la muerte está dentro de la vida. Como nuestra sombra, la vida me persigue. Y únicamente no hay sombra cuando todo es sombra. La vida no nos persigue únicamente cuando nos entregamos a ella. Lo que hay de más doloroso en el sueño es el no existir. Realmente, no se puede soñar. ¿Qué es poseer? No lo sabemos. Cómo querer, entonces, poseer algo. Diréis que no sabemos lo que es la vida y vivimos... ¿Pero vivimos realmente? ¿Vivir sin saber lo que es la vida será vivir?
- El arte tiene valor porque nos saca de aquí.
- ¿Quién sabe si la novela será una realidad y vida más perfecta que Dios crea a través de nosotros, que nosotros -quién sabe- existimos sólo para crear?
- Paseábamos a veces, del brazo, bajo los cedros y los algarrobos y ninguno de nosotros pensaba en vivir. Nuestra carne era para nosotros un perfume vago y nuestra vida un eco de rumor de fuente. Nos dábamos la mano y nuestras miradas se preguntaban lo que sería ser sensual y querer realizar en la carne la ilusión del amor.
- Mis labios, que yo sé que están pálidos, le saben el uno al otro a no querer tener vida.
jun 11 2012 ∞
oct 4 2012 +